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La práctica del deporte en la infancia no sólo divierte, actúa también como ayuda a niñas y niños en su desarrollo físico, social e intelectual, además de colaborar en su madurez emocional.
El balonmano es un deporte muy completo en cuanto a destreza psicomotriz, ya que trabaja tanto el tren inferior como el superior, desarrolla la coordinación, fortalece la musculatura, mejora la flexibilidad y aumenta la resistencia aeróbica.
Pero, lo más importante, es que cada niña o niño escoja el deporte a practicar, que sea el que desee, para que lo disfrute y no se sienta obligación o frustración.
01.
En el balonmano el trabajo es completo, evitando descompensaciones corporales, ya que hay que correr, saltar, pasar, lanzar, lo que obliga a ejercitar todas las extremidades. El equipo es necesario, el éxito pasa por compenetrarse y coordinarse entre todos.
02.
El gasto de calorías es mayor que en otras disciplinas, ya que a su explosividad se suma la necesidad del uso de la fuerza, apoyado en un desarrollo parejo de la agilidad, la destreza, elasticidad y coordinación.
03.
Las características físicas de un jugador de balonmano son muy diversas, por lo que es adecuado a cualquier niña o niño. Esta diversidad ha de estar apoyada en una tonificación del cuerpo, fortaleciendo músculos y huesos, y colaborando así en su desarrollo físico.
04.
Al practicar saltos, estiramientos, ayudará a aumentar la altura del niño y su capacidad pulmonar. Es de gran ayuda para luchar contra la obesidad e incluso un gran ejercicio cardiovascular que hasta puede ayudar a regular el estreñimiento en los niños.
05.
Las ventajas del balonmano no se quedan sólo en lo físico, sino que también determina ciertos valores sólo presentes en los deportes de equipo. Practicando balonmano se precisa y fomenta la generosidad, solidaridad, y la empatía por encima del individualismo.
En resumen, la práctica del balonmano para niñas y niños supone: